lunes, 18 de abril de 2011

Día Internacional de los Monumentos y Sitios, dedicado este año al Patrimonio Cultural del Agua - Arquitecturas para almacenar el agua

Los depósitos de almacenamiento de aguas constituyen un grupo de bienes patrimoniales interesante y abundante, con una gran variedad de arquitecturas.

Estanques, pozas y aljibes

Para regular el agua de riego procedente de minas, acequias, pozos, etc., se construyeron, desde los primeros años de la Colonización, pequeños estanques y albercas o albercones, tanto con muros de mampostería ordinaria como del barro. Se aprovechaban oquedades naturales o artificiales del terreno a fin de evitar costosos muros de contención.
Muy curiosos y únicos son los estanques-cueva de Gran Canaria. Oquedades perforadas en capas de materiales volcánicos piroclastos (tobas), impermeables y fáciles de excavar, que abunda por las medianías y cumbres del barlovento insular.

Las maretas, estanques de barro y presas

Los grandes cambios del ciclo económico puertofranquistra de finales del siglo XIX y principios del XX, donde la agricultura de exportación necesitaba almacenar grandes volúmenes de agua, propiciaron la construcción de nuevas obras hidráulicas, como los grandes estanques de mampostería, con capacidad variable entre los 50 y los 1440 m³, denominados maretas.
Destacan los estanques de planta circular, en hormigón armado, construidos en las zonas bajas del Norte, cultivadas de plataneras, aprovechando la oferta mercantil del puerto franco.

Y por último, a partir de finales del siglo XIX, se proyectaron las presas, y se generalizaron a mediados del XX. En su mayor parte con muros de arco, en mampostería hidráulica con paramentos de sillería natural o artificial en su caso. La primera gran obra, la presa del Pinto en Arucas, representa un ejemplo de la ingeniería académica en este tipo de obra. A esta siguieron otras, a principios del siglo XX, como las de Las Garzas, El Calabozo, Mondragones, en Guía. Luego, entre 1950 y 1970 comenzaron a construirse las grandes presas de hormigón y de materiales sin trabar, en los barrancos del Oeste y Sur, siendo la de Soria la de mayor capacidad.
Agradecer a Juan Ramón Rodríguez y de Ricardo Vega el cedernos el uso de sus fotografías para ilustrar este artículo.

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