Es un espectacular mirador que se encuentra al margen izquierdo de la carretera GC-60, según vamos desde Ayacata dirección a Tejeda
En este enclave, que se accede por un camino a pocos metros del aparcamiento, podemos ver el casco de Tejeda y sobretodo al Roque Nublo encima de los paredones de la gran plataforma que lo sostiene.
En este Mirador, encontramos dos Cruces que dan nombre a esta “ventana” que asoma a la Caldera de Tejeda, junto a una de las Cruces hay lo que creemos que es un altar o también un “descanzadero” como hay en otros puntos de la isla, donde antaño depositaban el ataúd el cortejo funebre para ir a la iglesia o al Campo Santo (si alguien sabe algo de esto nos gustaría que nos sacaran de dudas) también cuenta con una pequeña fuente de agua que sirve para calmar la sed a ganados en su viaje de trashumancia (ya que este lugar cuenta con piletas para animales) donde tambien se refrescan senderistas porque este mirador es un cruce de senderos mientras disfrutan de un paisaje único durante un breve descanso para luego continuar su camino.
DATOS GENERALES:
Municipio: TEJEDA
Entidad de población: Timagada
Núcleo de población: Diseminado de Timagada
Toponimia: Cruz de Timagada
Espacio Natural Protegido: Monumento Natural del Roque Nublo
Altitud sobre el nivel del mar: 1.286 m
Como muchas degolladas de la geografía grancanaria, la de Timagada, recientemente adecentada como mirador, es el escenario de espectaculares panorámicas, encrucijada de caminos, y el lugar escogido por los devotos para instalar la cruz cristiana.
Le oía cuentos a mis parientes de Tasarte en los que decían que la Cruz de Timagada marcaba un jalón de descanso cuando iban caminando desde este lugar para la otra parte de la isla, tras subir por El Paso del Cañadón, llegar a Ojeda, atravesar el pinar y llegar a Tejeda desde El Toscón. Esta era un lugar de paso de tantos lugares, sobre todo de los vecinos que venían de El Carrizal y El Toscón hacia Tejeda para compras, “papeleos”, las misas de madrugada, bailes… Arriba, en la Degollada, también descansaban en esta cruz, hoy celosa guardián de tantos recuerdos y secretos del pasado reciente. Tras una hora de trayecto se llegaba a la Cruz de Tejeda, nudo de caminos que venían de todas partes de la costa y las medianías. SUÁREZ MORENO, F.
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